Se podría decir que me fascinan las aves rapaces, en especial, las nocturnas,(creo que queda claro por las tropecientas entradas sólo sobre búhos chicos que llevo escritas en lo que llevamos hasta el momento de blog), sin embargo, en algún momento de mi corta existencia, me fasciné en exceso por una de sus componentes en concreto, y esa es la lechuza común.
La Tyto alba, el vivo fantasma blanco que ronda nuestras iglesias en las noches de verano. No se puede decir que sea un logro fácil encontrarla, y menos fotografiarla sobre todo por como está la situación actual de esta ave en particular. Y a pesar de haber tenido ya en mano un buen número de especies, aún queda un hueco pendiente en la lista, y ese es el suyo, (espero rellenarlo pronto).
Casi todos los veranos alguna pareja aparece por mi casa siguiendo una de sus rutas de caza, de hecho, hace tres años, era recurrente ver a un ejemplar todas las noches, sin embargo, a raíz de varios acontecimientos las lechuzas dejaron de pasar por aquí, entre estos motivos se encuentra el arreglo de los focos para alumbrar las iglesias.
Hasta ahora.
¿Qué pasa gente, cómo va todo? Si os soy sincero, esta entrada estaba prevista para nunca publicarse, porque no deja de ser una parodia de mis desventuras para obtener imágenes "nítidas" de aves que nunca van a salir nítidas, pero me ha gustado tanto que al final he decidido publicarla.
Sabéis, para que mentir, la lechuza es un ave muy tiquismiquis, como las dáuricas. Cualquier, y remarco, CUALQUIER inconveniente o molestia en CUALQUIERA de sus hábitos, supone abandono, ¿Si es por naturaleza la más cercana al hombre, por qué ocurre esto? No lo sé, pero hay que adaptarse.
Se podría decir que los intentos del menda de aquí a un año quedarán en el olvido porque, más que avanzar como individuo he retrocedido, algo así como en la pelicula clásica: Un optimista de vacaciones, donde el protagonista amargadillo se va con un ornitólogo por aburrimiento y no hace más que preguntar el nombre de los pájaros que éste ve, sin darse cuenta que siempre es el mismo tipo: "Golondrina de granero".
Muy buena la película por cierto
Hace unas semanas, a comienzos de julio, mi padre me comentó la existencia de un ejemplar de lechuza que se estaba paseando regularmente por nuestra zona, mientras iba y venía del campo a altas horas de la noche.
Al día siguiente, mientras tendíamos, en medio de la oscuridad de la noche la silueta tintineante apareció por la torre del Carmen y a alta velocidad pasó por encima de nosotros. Aquí se me ilumina una bombilla y pienso... que... yo podría intentar... fotografiarla. Y así comienza el show.
La primera noche de espionaje lo mismo, el animal pasó recto, pero solo logré varios intentos con el móvil porque no tenía la cámara.
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La segunda noche salí mucho más temprano para probar si la podía ver antes. No pasó hasta las once y algo, un rato antes mientras estaba solo en el lugar, un ave blanca y grande se posó en los hierros del toldo de la terraza de al lado, en ese momento mis padres salieron y lo vieron. Estuvo allí un rato hasta que salió volando por encima de nosotros y se fue bordeando los edificios, ahí vimos que era un ejemplar de búho chico. Justamente después la silueta de la lechuza ya asomaba por el Carmen, está vez un poco más alto y más lento. Sin embargo yo estaba ya con la cámara lista a punto de disparar.
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Se nota en las fotos la silueta de la rapaz, pero nada clara.

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Siguiente noche, la tercera, de nuevo, repetimos lo de ayer, más temprano, mas búho chico nada de nada, y tras esperar hasta las doce menos algo decidí rendirme porque no apareció, posiblemente por la música de las celebraciones por el fin de curso escolar, que por el aíre se amplificaron bastante.
*-(Aquí aclarar un inciso para comprender la historia): las siguientes noches fueron sueltas, es decir no fueron seguidas una de la otra ya que desde el sexto hasta el último día pasaba cuando quería.

El cuarto, quinto y sexto día no hubo rastro de la lechuza, estuvimos todo el rato en la terraza una y otra vez, sin embargo, nunca apareció. Una de las noches a las cinco de la mañana mi madre logró escucharla mientras regresaba.
Se podría decir que hasta el momento el número total de noches serán aprox. más de 30, pero las legítimas, las que sí son lectivas y en las que sí pasó, son las noches aquí contadas.
El séptimo día, fue un día tormentoso, durante la tarde debido al bochorno acumulado, las nubes se aglomeraron y formaron un pequeño tornado que pasó por el pueblo, pero que no hizo (por suerte) estragos. Fue a las once cuando el aíre ya había cesado, que mientras sacábamos las macetas de dentro de la casa, el mismo ejemplar de búho chico se divisó por el frente de la torre del Carmen, y estuvo volando por la zona un tiempo. Y de pronto, la silueta de la Lechuza retornaba de la caza. Esto ya era el colmo, porque evidentemente no saqué la cámara por si llovía.
Día ocho: como siempre. Aquí ya había empezado a grabarla en lugar de fotografiarla, porque esto era casi imposible y sacar algo decente. Pasó muy separada del sitio, y un rato más tarde apareció otra hacia la misma dirección, que supongo era la pareja.
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Día nueve: Hoy, ¡¡¡NO PASÓ!!! ¡¡¡Demonios!!! Lo único destacable, que nos pareció verla por la zona del Carmen, llegando y saliendo, pero no regresó ni cruzó.
Día diez: Madre mííííaaaaaa, NADA!!!! A este punto yo ya me daba por vencido, y pasaron así tres, cuatro, cinco, y seis días completos.
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Lo más relevante, un incendio en pleno campo que se divisaba tras la torre de Santiago
Y el días doce: (según los días lectivos), Tras tocar el Carmen las once y media, el fantasma hizo acto de presencia, y yo sin nada excepto el móvil.

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Y así, los días trece, catorce, quince y dieciséis, le perdimos el rastro. Durante esos días, lo único destacable de su paradero fue escuchar su canto una de las noches. Tras esto también escuchamos un Autillo, que estuvo unos días por la terraza, y tras él el regreso del Búho chico.
Y ayer noche, la noche diecisiete.
El bicho sin venir a cuento, volvió a pasar.
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¿Moraleja de este cuento en el que la naturaleza gana y el fotógrafo despistado pierde? Pues que te digo... Hay cosas que no podemos controlar por más que queramos hacerlo, tal es el caso de este bicho, que en mi búsqueda por la "foto perfecta", me he llevado migajas de esa foto. A pesar de que me he divertido haciendo esto, es muy frustrante el saber que nunca, jamás vas a saber con certeza cuando llegará, sin embargo, también resulta reconfortante cuando lo hace.
Ya ha dejado de pasar seguido, porque la temporada de esclavitud por culpa de los pollos ya ha cesado, lo que no le impide irse de juerga jiji.
Desde aquí me despido, yo sé que esto no lo hago muy a menudo, pero si os gusta este contenido, considerad suscribiros para no perderos nada de este mundillo, no cuesta nada y así mi blog llegará a más personas interesadas, y que ¡vivan los fotógrafos despistados!
Un saludo camperos y nos vemos en una próxima entrada.