Volvió a pasar jijiji.
Que pasa chavales, cómo va todo???
Volvemos por fin con la última entrada y definitiva, del anillamiento científico del Cernícalo primilla 2025 con GREFA, finalizando así esta temporada.
Como dije en la primera entrada, la iglesia sin nombre que anillamos al comienzo de la aventura no era la única en la que se suponía que se realizaría el anillamiento, tal y como el año pasado. No, este año se nos han sumado a la lista otras dos iglesias muy reconocidas y que ahora forman parte del conjunto.
Deciros de primeras que son cuatro iglesias las restantes que no había mencionado antes, siendo Santa Cruz la más reciente, tras haber colocado las cajas este mes de febrero, (ver), le sigue Santo Domingo y San Gil, (ver), donde las colocamos el año pasado, y por último, la más antigua Santa María, desde el lejano 2021.
Y siendo la más antigua, será también la merecedora del premio por ser el primer año que la ocupan cuatro parejas de la especie. El panorama fue incierto en este lugar desde 2021, debido principalmente a que la torre posee en uno de sus ventanucos una pareja de vulgares con muy malas pulgas que no dejaba entrar a ningún ejemplar, sin embargo este año nos ha tocado la lotería y cuatro parejas han sorteado a los vulgares y se han instalado con éxito.
Sin embargo, a pesar de todas las buenas noticias que ha traído el 2025, no todo ha sido color de rosa, y la iglesia de Santa Cruz y Santo Domingo no han sido ocupadas, panorama que no nos preocupa en Santa Cruz ya que es el primer año que están allí, sin embargo mosquea un poco más por Santo Domingo, en la cuál los primillas han decidido mejor anidar de forma natural en los mechinales de la torre.
Bueno que me enrollo, como siempre a las nueve en la iglesia, subimos hasta el primer cuerpo donde, en vez de una puerta o puertezuela, encontramos una malla de red atada con bridas, las cuales tuvimos que cortar con una navaja, y en el proceso nuestro colaborador se cortó, pero eso no nos echó atrás.
Nada más llegar, de la nada una de nuestras compañeras pegó un salto tras que un halconcito saliera corriendo desde la parte trasera de una columna, un pequeño primilla algo emplumado pero todavía con plumón, estaba algo delgadito, por lo que se debió tirar uno o dos días antes.
Ahora tocaba cogerlo, nada fácil porque... ¿Cómo es posible que un bichito ni adulto, corra más que nosotros?, no sé.
Pero estuvimos tres minutos para poder cogerlo, y al final hirió a otro colaborador, empezamos bien.
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Subimos al segundo cuerpo, se accede por una pequeñas y estrechísimas escaleras de caracol, donde los tablones estaban rotos y sueltos, y los escalones desconchados. Un arreglo no le vendría mal.
Llegamos arriba y por fin se divisaban las cajas, tematizadas y preciosas, aunque algunas estaban bastante tocadillas por las últimas ciclogénesis que estamos teniendo por el calor, el aire y los granizos. Había cuatro cajas ocupadas en un espacio abierto, con bastante pastizal debido a la poca limpieza que tiene la torre. En las cajas ocupadas sacamos un total de 13 pollos, siendo anillados 6, porque el resto estaban muy pequeños.
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Aquí la caja de donde procede el primilla que encontramos al principio, lo pudimos saber gracias a la edad del pollo que había tanto fuera como dentro de dicha caja. Lo hemos denominado como: el Escapista. La caja estaba algo dañada por el aire, quizás motivo por el que se tiró, (más adelante se sabrá que no fue así).
En dos de las cajas, nos encontramos pollos muy pequeños, hasta tal punto que los padres entraban a darles de comer allí con nosotros, intentando echarnos en el camino. Uno de ellos hasta nos tiró un ratón.
Y en esta de aquí, pues resulta que nuestro colaborador estuvo mirando, no vaya a ser que nos dejemos alguna por error, notamos una caja destrozada que se había caído por el aire, y al mirar, encontramos tres pollos y un huevo huero. Escoger una caja bien colocada era mucho pedir para esta pareja, que construyó su vida en una caja nido reventada que había dejado un hueco entre ella y los barrotes de la iglesia.
Actuamos rápidamente, y metimos a estos animales en una caja bien hecha, para montar el cuchitril de caja algo mejor, así evitamos que se tiren. Después los devolvimos.
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Así quedó el cuchitril.
Cogiendo al hermano del Escapista
Mira que cosa más bonita
Aquí anillando al Escapista y su hermano
No me mires así, que el anillo no es de boda jiji
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Al subir los pollos, terminamos de montar el cuchitril poniendo piedras para evitar que se mueva con el aire.
Y ya llegamos a la iglesia de San Gil, última de la velada y donde sólo ha criado una pareja, que bueno, no es mucho pero está genial sabiendo que en su compañera, Santo Domingo, no ha criado ninguna.
Nada más llegar nos cruzamos con esta.
La vecina Paqui... jiji
Días después, nos dijeron que alguno del grupo, había recogido un par de pollos, uno de ellos era de Santa María, el Escapista había vuelto a tirarse de la torre, esta vez con éxito, y el otro no se sabe de donde concretamente, pero sí de la zona de Santo Domingo, sin embargo estaba infectado de tricomonas y no sobrevivió.
Y bueno, la entrada acabaría aquí, de no ser porque el otro día estuvimos otra vez en Tejadilla para terminar de anillar los diez pollos que se quedaron pendientes. Cuando llegamos al primillar me dijeron que me diera una vuelta por los alrededores por si alguno de los bichitos se había tirado, y efectivamente, había un primilla tirado en el suelo, con fuerza e hiperventilado, se trataba nada más y nada menos que el dichoso Escapista, que otra vez se había vuelto a tirar.
Para que no se vuelva a tirar, lo introducimos en el Hacking y allí se quedará hasta que pueda volar.
Los demás pollos eran muy peques.
Además, terminamos de revisar los pollos del Hacking, y el pollo de mochuelo.
Que grandecito está
Eso ha sido todo por hoy, un saludo gente y nos vemos en una próxima entrada