sábado, 12 de julio de 2025

Como un animal se adapta a sus contrincantes

 Que pasa gente, ¿Cómo va todo?

Ayer estuvimos haciendo una revisión al dormidero de búhos chicos para cerciorarnos de que se encuentren bien, y en el proceso pude presenciar un comportamiento que llevaron a cabo los ejemplares del sitio que me ha dejado atónito.

Resulta y resalta que estos animales, como ya hemos hablado antes en el blog, y hemos comprobado con las andanzas del primo Alberto, a pesar de ser rapaces bastantes quisquillosas, por no decir muy quisquillosas, con sus respectivos lugares ya sea de anidación o de caza/descanso, por raro que parezca también se adaptan muy rápidamente a la presencia de se mayor enemigo, el ser humano. Un tira y afloja constante que se repite cada vez que uno de ellos invado nuestro espacio, lo mismo cuando nosotros invadimos el suyo.

Pero nunca me llegué a imaginar que estas aves, al igual que otros animales que viven gerarquizados, como las abejas o las hormigas, pudiesen formar un complejo sistema de vigilancia, que aunque tiene sus más y sus menos está muy bien planteado.

Cuando llegamos al sitio, ya desde inicios del camino te encuentras con varias encinas y olivos, pues justo después de aparcar, uno de ellos saltó desde una de las encinas hasta el dormidero, un vigía que se encarga de advertir al resto.

Automáticamente, los animales adoptan una pose de alerta, que se basa en inmovilizarse, erizar las "orejas" lo máximo posible y no abandonar sus posaderos, con el fin de parecer ramas.

Muchos lo logran, sin embargo aquellos más caguetas que no aguantan, alzan el vuelo y cambian de percha.

Ahora viene lo curioso.

Cuando uno de ellos pasa inadvertido a tus ojos, se lanza silenciosamente a algún lugar desde donde divisa los demás, y con algún tipo de lenguaje de señas, hace que los rezagados y los que ya están seguros se vayan hacia atrás.

Cuando llegas al dormidero, se produce una escapada masiva, pero en vez de salir por el frente, los animales trazan rutas de escapatoria por lo arboles, pasando o muy alto o muy bajo.

Para ese punto, muchos ejemplares salían cuando nosotros nos los echábamos encima.

Y así hasta que nos vamos.

Actualmente sabemos que hay más gente que se los ha cruzado y que los están llendo a ver. Por ello los animales adoptan estás medidas con el propósito de permanecer allí. Es un buen lugar que ellos eligen para descansar, por ello no es bueno que se haga esto en exceso ya que no merece la pena perderlos.

Desde aquí pedimos que los visitantes sean cuidadosos, no vayáis a menudo, ni tiréis basura, ni tampoco los molestéis en exceso porque al final las aves se cansarán y se irán.

Un saludo gente, y nos vemos en una próxima entrada.

martes, 8 de julio de 2025

El nido del papamoscas

 Hace una semana, mientras volvía de dar un par de vueltas por la avenida del ferrocarril, haciendo carrera para entrenar un poco, noté en la zona de los pinos cercana a la calle Córdoba una figura inusual.


Paré de correr y me acerqué, al hacerlo me percaté que se trataba de un par de figuras no una, que luego se convirtieron en tres. Resultaron ser pollos de Papamoscas gris que rondaban las ramas tranquilamente mientras esperaban a los padres. Aunque ya me lo imaginaba por el canto que tenían.

Muy bonitas las crías del gris, y muy confiadas también porque mientras el bullicio de la calle transcurre sin reparo en los pinos, los animales reclaman la comida a menos de un metro de altura.

Además tienen un camuflaje muy bueno, que los mimetiza con las ramas hasta tal punto que ni mi cámara las enfocaba demasiado bien.

No faltaron evidentemente los progenitores, que iban y venían para traer insectos al buche de sus ya no tan pequeños hijos.

Me ha sorprendido verlos tan cerca y tan en el casco urbano, ya que normalmente estos animales prefieren otros lugares para criar, sin embargo tienen el campo muy cerca, por lo que no es de extrañar que para ellos el lugar resulte casi estratégicamente perfecto.

Hace unos días volvimos a la zona y ya habían volado.


Espero que les vaya bien, un saludo chavales y nos vemos en una próxima entrada.

jueves, 3 de julio de 2025

Anillamiento científico del Cernícalo Primilla 3° parte

 Volvió a pasar jijiji.

Que pasa chavales, cómo va todo???

Volvemos por fin con la última entrada y definitiva, del anillamiento científico del Cernícalo primilla 2025 con GREFA, finalizando así esta temporada.

Como dije en la primera entrada, la iglesia sin nombre que anillamos al comienzo de la aventura no era la única en la que se suponía que se realizaría el anillamiento, tal y como el año pasado. No, este año se nos han sumado a la lista otras dos iglesias muy reconocidas y que ahora forman parte del conjunto.

Deciros de primeras que son cuatro iglesias las restantes que no había mencionado antes, siendo Santa Cruz la más reciente, tras haber colocado las cajas este mes de febrero, (ver),  le sigue Santo Domingo y San Gil, (ver), donde las colocamos el año pasado, y por último, la más antigua Santa María, desde el lejano 2021.

Y siendo la más antigua, será también la merecedora del premio por ser el primer año que la ocupan cuatro parejas de la especie. El panorama fue incierto en este lugar desde 2021, debido principalmente a que la torre posee en uno de sus ventanucos una pareja de vulgares con muy malas pulgas que no dejaba entrar a ningún ejemplar, sin embargo este año nos ha tocado la lotería y cuatro parejas han sorteado a los vulgares y se han instalado con éxito. 

Sin embargo, a pesar de todas las buenas noticias que ha traído el 2025, no todo ha sido color de rosa, y la iglesia de Santa Cruz y Santo Domingo no han sido ocupadas, panorama que no nos preocupa en Santa Cruz ya que es el primer año que están allí, sin embargo mosquea un poco más por Santo Domingo, en la cuál los primillas han decidido mejor anidar de forma natural en los mechinales de la torre.


Bueno que me enrollo, como siempre a las nueve en la iglesia, subimos hasta el primer cuerpo donde, en vez de una puerta o puertezuela, encontramos una malla de red atada con bridas, las cuales tuvimos que cortar con una navaja, y en el proceso nuestro colaborador se cortó, pero eso no nos echó atrás.

Nada más llegar, de la nada una de nuestras compañeras pegó un salto tras que un halconcito saliera corriendo desde la parte trasera de una columna, un pequeño primilla algo emplumado pero todavía con plumón, estaba algo delgadito, por lo que se debió tirar uno o dos días antes.


Ahora tocaba cogerlo, nada fácil porque... ¿Cómo es posible que un bichito ni adulto, corra más que nosotros?, no sé.

Pero estuvimos tres minutos para poder cogerlo, y al final hirió a otro colaborador, empezamos bien.


Subimos al segundo cuerpo, se accede por una pequeñas y estrechísimas escaleras de caracol, donde los tablones estaban rotos y sueltos, y los escalones desconchados. Un arreglo no le vendría mal.

Llegamos arriba y por fin se divisaban las cajas, tematizadas y preciosas, aunque algunas estaban bastante tocadillas por las últimas ciclogénesis que estamos teniendo por el calor, el aire y los granizos. Había cuatro cajas ocupadas en un espacio abierto, con bastante pastizal debido a la poca limpieza que tiene la torre. En las cajas ocupadas sacamos un total de 13 pollos, siendo anillados 6, porque el resto estaban muy pequeños. 


Aquí la caja de donde procede el primilla que encontramos al principio, lo pudimos saber gracias a la edad del pollo que había tanto fuera como dentro de dicha caja. Lo hemos denominado como: el Escapista. La caja estaba algo dañada por el aire, quizás motivo por el que se tiró, (más adelante se sabrá que no fue así).

En dos de las cajas, nos encontramos pollos muy pequeños, hasta tal punto que los padres entraban a darles de comer allí con nosotros, intentando echarnos en el camino. Uno de ellos hasta nos tiró un ratón.


Y en esta de aquí, pues resulta que nuestro colaborador estuvo mirando, no vaya a ser que nos dejemos alguna por error, notamos una caja destrozada que se había caído por el aire, y al mirar, encontramos tres pollos y un huevo huero. Escoger una caja bien colocada era mucho pedir para esta pareja, que construyó su vida en una caja nido reventada que había dejado un hueco entre ella y los barrotes de la iglesia.

Actuamos rápidamente, y metimos a estos animales en una caja bien hecha, para montar el cuchitril de caja algo mejor, así evitamos que se tiren. Después los devolvimos.



Así quedó el cuchitril.


Cogiendo al hermano del Escapista


Mira que cosa más bonita


Aquí anillando al Escapista y su hermano


No me mires así, que el anillo no es de boda jiji


Al subir los pollos, terminamos de montar el cuchitril poniendo piedras para evitar que se mueva con el aire.

Y ya llegamos a la iglesia de San Gil, última de la velada y donde sólo ha criado una pareja, que bueno, no es mucho pero está genial sabiendo que en su compañera, Santo Domingo, no ha criado ninguna.
Nada más llegar nos cruzamos con esta.


La vecina Paqui... jiji


Días después, nos dijeron que alguno del grupo, había recogido un par de pollos, uno de ellos era de Santa María, el Escapista había vuelto a tirarse de la torre, esta vez con éxito, y el otro no se sabe de donde concretamente, pero sí de la zona de Santo Domingo, sin embargo estaba infectado de tricomonas y no sobrevivió.

Y bueno, la entrada acabaría aquí, de no ser porque el otro día estuvimos otra vez en Tejadilla para terminar de anillar los diez pollos que se quedaron pendientes. Cuando llegamos al primillar me dijeron que me diera una vuelta por los alrededores por si alguno de los bichitos se había tirado, y efectivamente, había un primilla tirado en el suelo, con fuerza e hiperventilado, se trataba nada más y nada menos que el dichoso Escapista, que otra vez se había vuelto a tirar.

Para que no se vuelva a tirar, lo introducimos en el Hacking y allí se quedará hasta que pueda volar.
Los demás pollos eran muy peques.


Además, terminamos de revisar los pollos del Hacking, y el pollo de mochuelo.


Que grandecito está

Eso ha sido todo por hoy, un saludo gente y nos vemos en una próxima entrada