sábado, 27 de septiembre de 2025

Tras un mes de silencio, hoy tenemos que hablar

 ¿Qué pasa gente, cómo va todo? 

Bueno señores, esto no va a ser una entrada como las que uno llamaría "normales" dentro del formato al que estamos acostumbrados, se podría decir que esta entrada es una crítica, algo parecido a la entrada del pasado junio llamada: "El campo no es un zoo particular" 

Tampoco quiero daros la chapa con el temita en exceso, pero siento que es necesario que alguien marque el inicio del cambio, si es que llegase a haber uno.

Está entrada va en relación a un temilla ya mencionado antes en el blog, estoy hablando del dormidero de búhos chicos, lugar cercano a la finca de un familiar, y que descubrimos a comienzos de agosto del pasado año en un intento de colocar cajas nido para el proyecto RED. Astigi.



¿Por qué menciono este lugar una vez más? Bueno, resulta y resalta que a comienzos de verano, nos llegó la noticia de que bastantes personas, estaban visitando el lugar para ver a los búhos, tomarse fotos con ellos y buscar los lugares donde dormían.

Esto uno no lo ve mal en un principio, hasta que nos percatamos que el respeto por los animales era el mínimo. La gente se metía sin remordimiento alguno, sacaba a pasear grandes perros por la zona para que ellos se asustaran y así saliesen, e incluso, encontramos algunos niñatos poniendo lazos para atrapar conejos, que por suerte ninguno de ellos cayó, y ninguno de los búhos tampoco. Debido a esto, el dormidero ha quedado mucho más en el anonimato, y ha sido menos mencionado en blog, por esto y por otros motivos.


Llegamos hasta el punto de llamar a la policía para cerciorarnos de que los animales estuviesen bien. Y claro, la excusa impuesta por los malhechores es la de siempre, "yo tengo mis derechos" y sí, en este mundo todos tenemos derechos, pero no por menos los animales también los tienen, y por eso están protegidos por la ley, ley impuesta el 28 de marzo, 7/2023, una ley que dicta que los animales, como seres  que sienten no deben ser molestados en sus periodos sensibles, ya sea cría, o descanso, esto para evitar que abandonen su lugares de estancia.

Pos aquí nada, yo tengo derecho a qué mi hijo juegue al fútbol en frente, hasta que se le escape un balonazo a alguno de los bichos. Yo tengo derecho a qué mi perro camine por donde le dé la gana, porque esto es campo.

Y yo tengo mi derecho a decirle a usted, querido malhechor, que es un hipócrita por no comprender que lo que hace es sancionable. Pero allá usted.

Hay momentos para todo, y este junto a muchos más no son los indicados para andar de periodistas en la vida de los bichos, menos aún para otros temas.


Todos aquí queremos disfrutar de estas especies, yo el primero, pero también hay que saber hacerlo, estos no son perros juguetones, son cazadores que nos evitan, porque desde muy chicos se les enseña que humanos = muerte, por ello, vamos a intentar otra forma de hacerlo bajo el debido respeto, ya no solo por los animales, sino porque se trata de un lugar público, campestre, que ahora está lleno de zumos, bolsas y demás que indican una vez más, que nosotros por donde pasemos nos lo llevamos todo, y a todos por delante.



Espero que esta reflexión sirva de algo. Nos vemos en una próxima entrada.

No hay comentarios:

Publicar un comentario