domingo, 23 de junio de 2024

Primero que cae... ya empezamos


Buenos días a todos, hace unos días, el segundo día de vacaciones concretamente, fuimos a hacer unos mandados al centro, cuando volvíamos, pasamos cerca de la iglesia de Santa Cruz, mi idea principal era contabilizar los nidos de primillas de la iglesia, pero cuando entramos y miramos en el patio donde se encuentran los nidos, nos percatamos de algo.

Algo, un pájaro medianito, intentaba espantosamente subir, volar, pero no era capaz, lo miramos durante un rato mientras daba tumbos sobre una repisa, cuando me percaté que se trataba de un cernícalo joven.

Rápidamente nos pusimos en marcha, y mientras yo lo localizaba, mi madre fue a buscar ayuda, yo no podía moverme porque en el patio se encuentra una manada de gatos enorme y cuando nos descuidamos varios de ellos comenzaron a acercarse al ave.

Al cabo de un minuto mi madre volvió con el sacristán de la iglesia, quien nos abrió y capturó al animal. Lo metimos en una bolsa y nos lo llevamos.


Bolsa con el animal dentro

Lo que ha ocurrido es lo siguiente, resulta que el cernícalo no era un primilla, sino un vulgar, el cuál tenía dos hermanos de su misma edad. La pareja anidó en una repisa que se encuentra entre los arcos del patio, y los animales practicando sus primeros vuelos habían comenzado a saltar.

Según el sacristán, ya había rescatado otros 4 anteriormente, de otros nidos, el problema viene con los gatos del lugar, ya que normalmente, los pollos saltan a esta edad, y los padres aún les alimentan un poco porque ellos ya son capaces de buscar su alimento, esto es natural.

Pero los gatos del sitio impiden que los pollos, una vez que han saltado retornen a las alturas por ellos mismos, porque son depredados por los gatos, además de impedir que los adultos se atrevan a traer alimento. El sacristán ha advertido a los vecinos que se detenga el añadido de comida de los cuencos, incluso ha llamado al seprona para que se los lleve porque él mismo es alérgico.


Pollo de vulgar en mi casa, aún dentro de la bolsa

Una vez en casa, teníamos que seguir, llamamos a unos contactos para que se encargaran del animal, pero nos dijeron que tendríamos que esperar hasta la tarde, por lo que primero, hay que sacarlo de la bolsa.

Nos tomó un rato, porque el animal, estando muy nervioso se agarraba de los bordes de la bolsa y no salía, tratamos de meterlo en una caja nido, que tengo por casa y que, justamente es para esta especie.

Visto que no salía por su cuenta, me puse unos guantes y con cuidado lo saqué de la bolsa, para después meterlo en la caja nido.


Vulgar una vez en la caja.

Tapamos la caja con un tablero viejo de parchís, dejando un hueco para que pueda respirar y lo dejamos tranquilo. El animal tenía unos 40 días, bastante grandecito.


Posteriormente tratamos de darle de comer en algunas ocasiones pero no tenía el reflejo de la ingesta, probablemente del miedo que sentiría.


 Ya por la tarde, fuimos a entregar al animal a un amigo que se encargaría personalmente de dárselo a un trabajador de medioambiente, que se lo llevaría al CREA de córdoba. Este mismo nos comentó que después de darle al animal, el sacristán lo llamó porque otro de los hermanos del pollo, se había lanzado también del nido pero lo habían cogido a tiempo.

Al día siguiente, mi madre y yo fuimos a la iglesia nuevamente, por si el tercero se había tirado también, aunque no logramos verlo.

Esperemos que esté bien, Un saludo camperos y hasta otra.


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