sábado, 24 de agosto de 2024

Las cronicas del polluelo Martín 2: crecimiento

 Buenos días camperos, escribo está entrada para actualizar el estado de mi pequeño verderón Martín, del cuál estamos muy orgullosos.

Os comento que nos hemos demorado un poco en publicar esta entrada, más que nada por el simple hecho de que en un principio no esperábamos que el animal saliera adelante, por lo que decidimos esperar para la publicación.

Pero a estas alturas ya nada malo puede sucederle.

                     

                                                Segundo día en la casa


Para los que no leísteis la entrada anterior ( la cuál por cierto tenéis aquí abajo) os haré un pequeño resumen del día en el que lo recogimos.

Era un día como otro cualquiera, en el que iba de paseo con mi madre por el parque San Pablo de aquí, esto porque estábamos ya hartos del inmenso calor que estábamos teniendo.

Para no alargarlo mucho, deciros que lo encontramos al pie de un pino, cerca de la salida del parque y su madre se encontraba arriba, solo que él la llamaba pero no parecía inmutarse, cosa que tiempo después, descubrimos que eso era así, porque la madre no podía sacar a la prole al completo, y echó del nido al más pequeño, o sea , a Martín, ( si se que en la entrada anterior dije que era una teoría, pero luego descubrimos que el síntoma de tener las plumas crecidas pero paralizadas, es signo de una cesada repentina de la alimentación ).

                       


Bueno, los días de la primera semana fueron durillos, siempre atentos a él, incluso de noche, comprobando si dormía, cosa que no nos preocupó porque desde el primer día durmió muy tranquilo.

El mismo día que lo cogimos, por la noche, ya se enganchaba a la jeringa, seguramente por el hambre.

Bueno, fueron pasando las semanas y Martín fue creciendo, sus plumas aumentaron y comenzamos a notar que su cabeza se tornaba gris, cosa que decantaba la aparición de los cañones. También comenzó a pedir cada vez más comida, y se volvió muy activo, pidiendo constantemente que los sacáramos de la caja mientras daba saltos y se estrellaba contra el techo.

                     

                              Martín: el verderón, metido en su nueva zona


Tiempo después, descubrimos que comenzó a dar pequeños vuelos, chocando su cabeza con las rejillas, teníamos que se hiciera daño así que le preguntamos a nuestra amiga, muy sabia en estos temas. Nos dijo que lo pusiéramos en un sitio más grande, para que se moviera más libremente, y así lo hicimos ya que fue fácil porque justo estábamos de reformas.

Otro dato a destacar fue el alimento, Tratamos de alimentarlo con tenebrios y grillos, pero, días después de comenzar a darselos, los escupía un rato después, por lo que no se los tragaba. Tratamos de de que los comiera, pero no hubo suerte.

Estuve bastante frustrado, hasta que investigando un poco más, me topé con un estudio realizado hace unos años, donde se analizaron los buches de los pequeños verderones, y se encontraron una gran cantidad de semillas, frutillas del bosque y en muy poca cantidad insectos.

                   


Así que cambiamos la estrategia al grano y semillas variadas, y efectivamente, a los pocos días de comenzar a mezclarlas con la pasta, se las comía sin problemas y poco después sin pasta.

Las cosas han cambiado mucho desde ese día, y actualmente Martín come solo, vuela perfectamente y ya estamos comenzando a reintroducirlo poco a poco en el medio.

Por último me gustaría enseñaros un poco mejor su avance.


                Este es Martín el 1 de agosto, justo al llegar a casa 

                 

        Este es Martín actualmente, 23 días después de su recogida

                   

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